Son múltiples los contextos en lo que podemos encontrar la gestión de procesos mediante recursos digitales, por ejemplo, a nivel educativo, laboral, familiar, social, cultural, artístico, entre otros; que demandan cada vez más el uso de estas herramientas (variando la necesidad según la actividad a desempeñar, e inclusive, la edad del usuario).
En la actualidad, se vuelve casi imprescindible el uso de dispositivos móviles, por lo cual es frecuente ver a muchas personas con el celular "siempre en la mano", principalmente a los adolescentes. Esto se vuelve una queja constante de sus padres y/o cuidadores, quienes los tachan de estar ensimismados, distraídos y "embobados" dentro de los dispositivos electrónicos y medios digitales, tales como:
Teléfono móvil
Videojuegos
Plataformas de streaming
Redes sociales
Una vez adentrados en este mundo digital, se les percibe como ausentes y desinteresados en la interacción "real", generando molestia y enojo en los adultos, porque no se relacionan con ellos, sino que "prefieren estar perdiendo el tiempo y no hacer otras cosas más productivas".
Pueden provocar:
Alteración en los patrones de sueño y alimentación
Interferencia con actividades y responsabilidades
Enajenación
Aislamiento
Proyección ilusoria
Pensamientos obsesivos
Conductas compulsivas
Baja autoestima
Depresión
Ansiedad
Irritabilidad
Agresión pasiva
Insatisfacción, frustración e ideación suicida; al compararse con otros en aspecto físico, pertenencias, estilo de vida, interacciones sociales y dinámica familiar
Lo recomendable tanto en adultos como en adolescentes y niños, es regular su uso y comprender que los primeros intentos pueden resultar infructuosos, ya que las interacciones que se establecen mediante estos medios, generan una dependencia psicológica intrínsecamente ligada con "aquello que encontramos en las redes y dispositivos, pero no en el mundo real". Se debe estar conscientes de que no será sencillo disminuir y mucho menos, eliminar en totalidad su consumo, dada la exigencia psicológica de "permanecer conectados a un mundo más interesante y/o que permite olvidar las preocupaciones cotidianas".
En cuanto a esto, cabe preguntarse ¿qué encuentra el adolescente en su interacción con los dispositivos electrónicos y redes sociales, que no percibe en su dinámica con las personas que lo rodean? Pudiendo encontrar que carecen o tienen necesidad de:
Aceptación
Reconocimiento
Desconectarse de la realidad porque esta es conflictiva y resulta muy dolorosa
Expresarse sin ser juzgado o regañado
Encontrar otras personas de su edad con los mismos intereses
En niños y adolescentes, son los padres, los encargados de orientar a sus hijos sobre los riesgos y ventajas que implica su uso, entre estas últimas podemos encontrar que pueden aportar:
Desarrollo de habilidades digitales
Capacidad de comunicación
Inclusión social
Menor rezago de grupos vulnerables
Empatía
Solidaridad
Desarrollar un criterio propio
Creatividad
Aprender organización del tiempo y autogestión
Expresión escrita
Difusión
Conocer otros lugares
Mantener el contacto con amigos y familiares que están lejos
Libre acceso a la información (especial precaución en caso de niños y adolescentes, pues podrían navegar en sitios que no son adecuados para su edad)
Queda claro que las nuevas tecnologías facilitan en gran medida nuestras interacciones, pues contribuyen en el desarrollo individual y colectivo. Cuando se les da un uso productivo, pueden resultar muy benéficas.
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