Construyendo una vida juntos

Cuando iniciamos una relación de pareja, es importante estar conscientes de que cada uno "viene de mundos diferentes", tiene familia, amigos, compromisos, etc. (que antes de conocerse, no incluían al otro). Esto no quiere decir que entonces no deban relacionarse, sino que es recomendable que puedan adaptarse e intentar conciliar esa vida previa, llegando a acuerdos en cuanto al tiempo y actividades que compartirán juntos.

Existen casos, en donde un miembro de la pareja o ambos, esperan que el otro se ajuste a las propias rutinas, gustos, costumbres, tradiciones, e inclusive, a los modos de convivencia que tenía con su familia de origen; y encaran al otro diciéndole: "es que yo siempre lo he hecho de este modo", "es que en mi casa era diferente", "en mi familia lo hacíamos de otra manera", "es que mis papás...".

Lo que muchas personas y parejas no alcanzan a comprender, es que la vida en pareja, NO debe basarse en patrones familiares, ni en estándares sociales, ni siquiera, en experiencias con exparejas.

Es decir, los patrones familiares tienen que ver con la manera en que nos criaron y vivimos en familia.

Los estándares sociales son los que perpetúan los roles de género (independientemente del sexo biológico) y las maneras "aceptables" o esperadas de comportarse; por ejemplo:

Que el rol femenino "debe sacrificarse, cuidar y hacerse cargo de la casa y/o los hijos, mostrando un alto grado de afecto; ser impecable en su aspecto y conducta".
Mientras que la figura masculina "debe ser el proveedor, muy trabajador y protector".

Cuando no se juegan estos roles al pie de la letra, es cuando surgen la mayoría de los problemas en la pareja; pues esta "no es como debería".

Lo recomendable al iniciar una relación, es tener presente que juntos van a construir y establecer nuevas pautas de convivencia que les sean funcionales a ambos.

Y estas interacciones NO se deben comparar o ver permeadas por las que se tuvieron en la familia de origen, tampoco deben ser equiparables a las que se tuvieron con alguna expareja. Pues se estaría cayendo en el gravísimo error de exigirle a la nueva pareja, algo que está basado en la individualidad de otra persona o en particularidades de otra familia, o sea, en una experiencia totalmente ajena y diferente.